Primer éxito con un páncreas artificial en pacientes con diabetes tipo 2

Primer éxito con un páncreas artificial en pacientes con diabetes tipo 2

Un páncreas artificial es un sistema compuesto por tres partes que trabajan juntas para imitar la manera en que un páncreas sano controla la glucosa en la sangre, conocida también como azúcar en la sangre, en el cuerpo. Un páncreas artificial se usa principalmente para ayudar a las personas con diabetes tipo 1.

Se tiene diabetes de tipo 1 cuando, precisamente, el páncreas es incapaz de producir insulina, una hormona de naturaleza proteica cuya principal misión es regular la glucemia, ya sea disminuyendo la glucosa en sangre o favoreciendo la acumulación de glucosa en el hígado e inhibiendo la glucogenólisis.

Aún se desconocen las causas de la diabetes tipo 1, pero se considera una enfermedad autoinmune, ya que es el propio organismo el que «sabotea» las células que producen insulina. Suele manifestarse durante la infancia y la adolescencia con síntomas más graves que la diabetes de tipo 2.

¿Qué es un páncreas artificial?

Un PA es un sistema automático que, mediante un sensor de glucosa, una bomba de insulina y una fórmula matemática se encarga por sí solo de mantener a raya las cifras de glucosa en sangre, idealmente en cualquier situación. 

Como suele ocurrir cuando hablamos del uso de tecnología en general y aplicada a la salud en particular, lo bueno en sus primeras versiones suele preceder a lo que cada vez es más perfecto. De ese modo, en el ámbito de los sistemas de PA  los primeros sistemas que han llegado ya a los pacientes se conocen como híbridos. La palabra híbrido conlleva el empleo conjunto de dos aproximaciones tecnológicas de diferente base pero complementarias entre sí, dedicadas a un fin común. 

¿Cómo funcionan los sistemas de páncreas artificial?

Tres dispositivos componen un sistema de páncreas artificial.

Un monitor continuo de glucosa o CGM (enlace en inglés) lleva un registro de la concentración de glucosa en la sangre cada pocos minutos mediante un pequeño sensor que se inserta debajo de la piel. El sensor envía la información de forma inalámbrica a un programa almacenado en un teléfono inteligente o en una bomba de infusión de insulina.

El programa calcula cuánta insulina se necesita y envía una señal a la bomba de infusión de insulina cuando debe administrarse.

La bomba de infusión de insulina administrará pequeñas dosis de insulina a lo largo del día cuando las concentraciones de glucosa en sangre no estén dentro de su rango objetivo. Hay diferentes tipos de bombas de insulina.

Un tipo de bomba se usa por fuera del cuerpo en un cinturón, bolsillo o bolsa. La insulina fluye desde la bomba a través de un tubo plástico que se conecta a un tubo más pequeño, llamado catéter, que tiene una aguja que se inserta debajo de la piel y se deja ahí por varios días.

Otro tipo de bomba se adhiere directamente a la piel con una almohadilla adhesiva y administra insulina a través de un catéter que se inserta debajo de la piel. Este tipo de bomba se reemplaza cada pocos días.

¿Cuál es la novedad?

Investigadores del Instituto de Ciencias Metabólicas Wellcome-MRC de la Universidad de Cambridge han desarrollado un páncreas artificial que puede ayudar a mantener unos niveles de glucosa saludables. El dispositivo combina un monitor de glucosa convencional y una bomba de insulina con una aplicación desarrollada por el equipo, conocida como CamAPS HX. Esta aplicación funciona mediante un algoritmo que predice la cantidad de insulina necesaria para mantener los niveles de glucosa en el rango deseado.

Los investigadores ya han demostrado que un páncreas artificial controlado por un algoritmo similar es eficaz para pacientes con diabetes de tipo 1, desde adultos hasta niños muy pequeños. También han probado con éxito el dispositivo en pacientes con diabetes de tipo 2 que requieren diálisis renal.

El nuevo dispositivo desarrollado por los investigadores del Instituto Wellcome-MRC de Ciencias Metabólicas de la Universidad de Cambridge puede ayudar a mantener los niveles saludables de glucosa. El dispositivo combina un monitor de glucosa estándar y una bomba de insulina con una aplicación desarrollada por el equipo, conocida como CamAPS HX. Esta aplicación funciona con un algoritmo que predice cuánta insulina se requiere para mantener los niveles de glucosa en el rango objetivo.

Los investigadores habían demostrado previamente que un páncreas artificial ejecutado por un algoritmo similar es efectivo para pacientes que viven con diabetes tipo 1, desde adultos hasta niños muy pequeños. También habían probado con éxito el dispositivo en pacientes con diabetes tipo 2 que requieren diálisis renal.

Los comentarios de los participantes indicaron que estaban satisfechos de que el sistema controlara automáticamente sus niveles de glucosa, y nueve de cada diez (89%) afirmaron dedicar menos tiempo al control de su diabetes en general. Los usuarios destacaron como ventajas clave la eliminación de la necesidad de inyecciones o de pinchazos en los dedos, y el aumento de la confianza en el control de la glucosa en sangre.

Fuentes: NIH, University of Cambridge, Mayo Clinic

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