¿Puede la inteligencia artificial hablar por pacientes gravemente enfermos al final de la vida? Expertos discuten oportunidades y riesgos.
La pregunta de si la inteligencia artificial (IA) debería hablar por los pacientes al final de la vida, cuando ya no pueden comunicarse, plantea complejas consideraciones éticas y prácticas. En un artículo publicado en JAMA Internal Medicine, tres expertos de la Universidad de California en San Francisco analizan los posibles beneficios y desafíos del uso de la IA en estas situaciones.
Desafíos al final de la vida
Para muchos familiares, tomar decisiones por pacientes gravemente enfermos que no pueden expresar su voluntad es extremadamente estresante. Las directrices anticipadas a menudo no resultan tan útiles como se esperaba, ya que muchos pacientes no han planificado adecuadamente su final de vida. Ante estas dificultades, los expertos sugieren que la IA podría desempeñar un papel importante al proporcionar información adicional que ayude en el proceso de toma de decisiones.
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El papel de la IA: ¿Una adición a las directrices anticipadas?
Los expertos, el Prof. Dr. Alexander K. Smith, el Prof. Dr. Brian L. Block y el Dr. Teva D. Brender, argumentan que la IA podría ayudar a capturar con mayor precisión los valores y preferencias de un paciente mediante el análisis de conversaciones entre médico y paciente. Al analizar el contenido del habla y los datos de comportamiento, la IA podría predecir cómo un paciente podría decidir en situaciones específicas, incluso si ya no puede comunicarse.
Consideraciones éticas y mecanismos de control
A pesar de los posibles beneficios, los autores advierten sobre los riesgos éticos asociados con el uso de la IA. Subrayan que el control de las decisiones siempre debe permanecer en manos humanas y que la IA solo debe utilizarse con el consentimiento del paciente y bajo una supervisión estricta. Existe el riesgo de que las predicciones generadas por la IA sean obsoletas o inadecuadas, especialmente si se basan en patrones de comportamiento anteriores que pueden no reflejar los deseos actuales del paciente.
Los expertos también alertan contra otorgar una confianza «excesiva» en la IA, ya que las opciones de tratamiento médico pueden cambiar con el tiempo y una IA podría ignorar nuevos enfoques terapéuticos importantes. Por lo tanto, es fundamental que las decisiones continúen siendo tomadas por seres humanos, quienes pueden considerar toda la información disponible y los desarrollos actuales.
La discusión sobre el uso de la IA en la atención clínica es inevitable y cada vez más relevante. Smith, Block y Brender enfatizan que la IA podría ser una herramienta valiosa para apoyar la toma de decisiones de representantes y médicos, pero no debería reemplazarlos. El desarrollo de la IA en la medicina nos enfrenta a nuevas preguntas críticas que deben ser cuidadosamente evaluadas. Ahora es el momento de reflexionar sobre estas cuestiones y desarrollar directrices éticas para el uso de la IA en el ámbito médico.
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