Científicos de las Universidades de Harvard, Duke, y Otago desarrollaron una prueba computacional basado en resonancias magnéticas que permite anticipar la probabilidad de deterioro cognitivo y de enfermedades crónicas.
Según un informe de las Naciones Unidas, se prevé que el número de personas mayores de 65 años se duplique en las próximas décadas, alcanzando casi una cuarta parte de la población mundial para el 2050.
Por años de investigaciones han demostrado que la genética, el medio ambiente y algunas enfermedades afectan la velocidad del envejecimiento corporal, por lo tanto, la edad cronológica no siempre está acorde a la medida en que estos aspectos impactan en el cuerpo.
Por ello, este grupo de investigadores decidió crear una nueva prueba para medir el ritmo de envejecimiento y predecir algunos riesgos como el de presentar demencia o alguna condición crónica en etapas en las que aún se tiene la posibilidad de mejorar y cuidar el estado de salud.
Para comprender cómo el envejecimiento afecta el deterioro funcional y aumenta el riesgo de enfermedades, es necesario desarrollar medidas de qué tan rápido envejece una persona.
«Utilizando datos del Estudio Dunedin, presentamos una medida precisa y confiable para la tasa de envejecimiento longitudinal derivada de imágenes de resonancia magnética cerebral transversal, es decir, el Ritmo de Envejecimiento de Dunedin Calculado a partir de NeuroImaging (DunedinPACNI)», explican los investigadores en el informe.
Y añadieron que: «Exportar esta medida a los conjuntos de datos de la Iniciativa de Neuroimagen de la Enfermedad de Alzheimer, el Biobanco del Reino Unido y BrainLat reveló que un DunedinPACNI más rápido predijo el deterioro cognitivo, la atrofia cerebral acelerada y la conversión a demencia diagnosticada. Un DunedinPACNI más rápido también predijo la fragilidad física, la mala salud, las enfermedades crónicas futuras y la mortalidad en adultos mayores».
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Detalles de la herramienta
Creado con el nombre de DunedinPACNI (por sus siglas en inglés, Dunedin Pace of Aging Computed from NeuroImaging) este biomarcador de próxima generación derivado de resonancias magnéticas cerebrales, esta diseñado para estimar la velocidad de envejecimiento de una persona, explicaron los científicos.
“La forma en que envejecemos a medida que pasan los años es bastante distinta de cuántas veces hemos viajado alrededor del sol”, afirmó el profesor Ahmad Hariri, de la Universidad de Duke, EEUU, lo que nos aleja del pensamiento lineal y tradicional que hemos seguido por años.
La herramienta es capaz de evaluar la probabilidad de riesgo de padecer enfermedades crónicas en la mediana edad que suelen manifestarse décadas después.
Esta información sin duda, podría ayudar a motivar cambios en el estilo de vida y la alimentación que mejoren la salud y ayuden a prevenir enfermedades crónicas que hoy impactan a tantas personas.
A diferencia de otros algoritmos existentes, que suelen basarse en datos transversales de personas de distintas edades en un solo momento, DunedinPACNI se fundamenta en el seguimiento longitudinal de los mismos individuos a lo largo de su vida.
Detalles sobre el Estudio Dunedin
El punto de partida de esta investigación fue el Estudio Dunedin, una medida científica desarrollada para evaluar qué tan rápido envejece biológicamente una persona, más allá de su edad cronológica.
Este ritmo fue desarrollado por investigadores del Estudio Dunedin, un famoso estudio longitudinal que ha seguido a más de 1,000 personas nacidas en Dunedin, Nueva Zelanda, desde 1972-1973 hasta hoy.
Aquí, expertos analizan marcadores biológicos en distintos sistemas del cuerpo (inmunológico, metabólico, cardiovascular, pulmonar, renal, entre otros), y cómo cambian a lo largo del tiempo. También se usa el ADN (epigenética) para estimar la “edad biológica” del cuerpo.
Se destaca su importancia porque permite detectar de forma temprana a personas en riesgo de envejecer mal, incluso antes de que aparezcan síntomas visibles. Además, es útil para medir si un tratamiento o intervención ayuda a “ralentizar” el envejecimiento.
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La herramienta DunedinPACNI fue desarrollada a partir de los datos obtenidos por resonancia magnética cerebral de 860 participantes del Estudio Dunedin, todos de 45 años de edad.
Posteriormente, su precisión fue validada con información de diversas poblaciones en el Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y América Latina, lo que confirmó su eficacia más allá del grupo inicial.
Los hallazgos fueron tan impactantes como reveladores. Como lo expresó el investigador Ahmad Hariri:
“Lo realmente interesante de esto es que hemos captado la velocidad del envejecimiento de las personas utilizando datos recopilados en la mediana edad. Y nos ayuda a predecir el diagnóstico de demencia en personas mucho mayores”.
Relación entre deterioro físico y cerebral
El estudio también evidenció una conexión directa entre el envejecimiento del cerebro y el deterioro físico general. Las personas con puntuaciones más altas en el DunedinPACNI no solo presentaban mayor fragilidad, sino que también mostraban un riesgo aumentado de desarrollar problemas de salud propios del envejecimiento, como enfermedades pulmonares, infartos o accidentes cerebrovasculares.
Los datos revelaron que quienes envejecen más rápido tienen un 18 % más de probabilidades de ser diagnosticados con una enfermedad crónica en los años siguientes, en comparación con quienes envejecen a un ritmo promedio.
Aún más preocupante, el riesgo de fallecer en ese mismo periodo fue un 40 % mayor entre las personas con envejecimiento acelerado.
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