En el campo de la medicina reproductiva, el envejecimiento impacta significativamente en los resultados, y las mujeres mayores de 35 años experimentan una disminución en las probabilidades de concepción natural. Mientras que factores sociales, culturales y económicos llevan a retrasar la maternidad, la biología muestra que las posibilidades de concebir disminuyen drásticamente con la edad. Ante este desafío, la reproducción asistida es como una opción cada vez más relevante, con la predicción de un crecimiento del 50% en la industria entre 2021 y 2030.
A continuación, exploramos cinco avances clave que amplían las perspectivas de maternidad para mujeres mayores de 35 años.
1. Criopreservación
La vitrificación, o «congelación rápida», de gametos y embriones ha revolucionado los tratamientos de fertilidad en los últimos 15 años. Esta técnica permite optimizar transferencias en ciclos sucesivos o resguardar gametos cuando se decide posponer la maternidad. La vitrificación de óvulos es especialmente efectiva cuando se realiza a edades más tempranas, aunque estudios indican que incluso después de los 35 años, las posibilidades de éxito no son despreciables.
2. Transferencia de embriones mosaico
La transferencia de embriones «mosaico,» aquellos con células normales y anormales, está emergiendo como una opción viable, especialmente para mujeres mayores con baja reserva ovárica. La inteligencia artificial (IA) se integra en este proceso, permitiendo la evaluación de embriones de manera más objetiva y precisa que las técnicas convencionales. La IA analiza variables morfológicas y morfocinéticas para mejorar la selección de embriones con mayores posibilidades de éxito.
3. Criopreservación de tejido ovárico
Aunque aún en fase incipiente, la criopreservación de tejido ovárico podría extenderse como opción para preservar la fertilidad en mujeres preadolescentes o aquellas con enfermedades malignas. Expertos sugieren que el trasplante de este tejido podría retrasar la menopausia durante varios años, ofreciendo una alternativa prometedora para ampliar la ventana de fertilidad.
4. Intervenciones sobre el microbioma
Recientes investigaciones han revelado la presencia de comunidades bacterianas en el endometrio, y cambios en su composición podrían afectar la fertilización, implantación y desarrollo embrionario. Aunque incipiente, la modificación del microbioma podría convertirse en una herramienta para estabilizar el entorno uterino antes de la transferencia embrionaria, aunque la evidencia aún no respalda completamente esta intervención.
5. Transferencia de un solo embrión
La tendencia en los últimos años ha sido reducir la cantidad de embriones transferidos, disminuyendo así los riesgos de partos múltiples. Aumentar la proporción de transferencias con un solo embrión, incluso en mujeres mayores de 35 años, se presenta como una estrategia ventajosa. La combinación de vitrificación y diagnóstico genético preimplantacional respalda esta estrategia, optimizando las posibilidades de éxito en cada intento.
Además de estas estrategias, es fundamental destacar la importancia de hábitos saludables en la mejora de la función ovárica y receptividad del endometrio. La aplicación de inteligencia artificial en la medicina reproductiva también se proyecta como una herramienta clave para personalizar tratamientos y mejorar las tasas de éxito. Aunque los avances son prometedores, la investigación continua y la acumulación de evidencia son esenciales para confirmar la eficacia y seguridad de estas innovadoras prácticas en la reproducción asistida.
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